Constituída como la capital de Chile, ésta ciudad se transformó en sinónimo de calidad de vida  y fue escalando puestos constituyéndose como uno de los principales polos turísticos de América Latina. En pleno apogeo, dicha metrópolis se basó en tres pilares fundamentales que garantizan su éxito: pulcritud, serenidad y seguridad. Limitando al norte y oeste