Mataró: la histórica capital del Maresme

Muchas ciudades colindantes han crecido a la sombra de Barcelona, sirviéndose de las necesidades de la capital por tener más espacios abiertos al mar y donde recrear sus ansias de contacto con la naturaleza. No es el caso de Mataró, desde donde ya en sus inicios, ha tenido la suficiente personalidad propia y servicios como para alzarse como una ciudad con potencial.

Es aquí donde surgió la primera línea de ferrocarril del país, que la conectaba con Barcelona en un trayecto de 28 kilómetros en pleno apogeo de la Revolución Industrial que puso a la cabeza del desarrollo a ambas ciudades, en 1848, y es aquí donde se ha continuado alzando como centro del litoral barcelonés esta ciudad de 126.000 habitantes.

Una ciudad de entorno privilegiado

Los pisos con terraza en Mataró muestran unas vistas únicas, que tanto miran al Mediterráneo como a unas montañas, la sierra del Montnegre, rebosantes de historia y que acogen joyas como el Castillo de Burriac.

Al encontrarnos a mitad de camino entre Barcelona y la Costa Brava, Mataró disfruta de una de las mejores conexiones de la región, tanto por tren, como por carretera, disponiendo para ello desde la N-2 hasta la C-32 a ambos lados de sus límites. Así como un puerto deportivo que le permite contar con todo tipo de actividades para el disfrute del Mediterráneo.

Por otra parte, a apenas 10 minutos tenemos grandes epicentros del turismo recreativo de la costa barcelonesa como el parque acuático Illa Fantasía, el más grande de su categoría del país, o los campos de golf de Sant Andreu de Llavaneres, muy apreciados por los seguidores de este deporte, a apenas 5 minutos.

Todo ello la hace perfecta para la práctica de actividades de recreo como el cicloturismo, la navegación, el senderismo o el ocio cultural.

Una ciudad para todos los gustos

Estas características la hacen perfecta para quienes prefieren un entorno totalmente urbano, con instalaciones como Mataró Parc (centro comercial de gran amplitud que recoge establecimientos de ocio, compras y restauración) o zonas monumentales como la basílica de Santa María, la villa romana de Can Llauder, la Casa Coll i Regàs, las murallas medievales, las casas Milá y Escolá y otros tantos ejemplos que recorren su historia desde la época romana hasta la actualidad, con principal énfasis en su vertiente modernista.

Respecto a propuestas culturales, Mataró recoge una tradición museística que va desde la memoria de su pasado romano hasta las propuestas más vanguardistas en museos como la Nau Gaudí, Can Palauet, Can Serra o Can Marfà.

Para los que prefieren vivir de cara a la naturaleza, al ser Mataró una ciudad marítima plenamente abierta al mar, pero también rodeada de montañas en su cara norte, con emblemáticas localizaciones en la sierra del Montnegre que la unen a la encantadora localidad de Argentona.

En esta ruta muy apreciada por los senderistas nos encontramos desde el Castillo de Burriac, hasta las roques de’n Vivó, la ruta de las fuentes, o la roca De L’Angel. Característica que hará llenar nuestros días de descanso de propuestas atractivas para reconciliarnos con la naturaleza.

En definitiva Mataró es una ciudad que no nos deja de sorprender, para amantes de lo natural, de lo urbano y donde las propuestas de ocio, cultura y naturaleza nunca faltan los 365 días del año.

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